jueves, 8 de diciembre de 2011

¿Dios aborrece el pecado pero ama al pecador?

 

Muchos ven al evangelismo bíblico y al uso de la Ley en el evangelismo como una manera poco amorosa de compartir el evangelio. La mayoría de personas vive pensando en que Dios ama a todos y simplemente está con los brazos abiertos esperando que lo acepten. Es común escuchar que alguien dice que no debemos predicar el Juicio de Dios, sino de hablar del amor de Dios por el pecador. ¿Qué tal si vemos algunos versos para tener una perspectiva bíblica del tema?
“Los insensatos no estarán delante de tus ojos; Aborreces a todos los que hacen iniquidad.” Salmos 5:5
“Dios es juez justo, Y Dios está airado contra el impío todos los días.” Salmos 7:11
“Jehová prueba al justo; Pero al malo y al que ama la violencia, su alma los aborrece. Sobre los malos hará llover calamidades; Fuego, azufre y viento abrasador será la porción del cáliz de ellos.” Salmos 11:5-6 
Porque los ojos del Señor están sobre los justos, Y sus oídos atentos a sus oraciones; Pero el rostro del Señor está contra aquellos que hacen el mal. 1 Pedro 3:12
Dios es amor y ama la justicia (Salmos 11:7), por ello, Dios aborrece al pecado y al pecador, al malo. ¿Quieres saber lo malo que eres? Mira atentamente la ley moral que Dios ha escrito en tu corazón: Tu conciencia (Romanos 2:14, Exodo 20). El pecador necesita que esta ley moral le muestre la verdadera naturaleza de su pecado (Romanos 7:7). Así verá lo en gran manera pecaminoso que es su camino (Romanos 7:12), y entonces podrá entender el Juicio de Dios que viene. Y que si es hallado en sus pecados, no tendrá escapatoria (Romanos 3:19-20).

Debemos advertirle que debe huir de la ira venidera, y en ese día lo único que importará es la justicia (Proverbios 11:4). Dios juzgará a cada hombre con justicia (Hechos 17:30-31). Pero Dios no quiere que ninguno perezca, sino que todos los hombres procedan al arrepentimiento (2 Pedro 3:9). En un momento del tiempo, de tal manera amó Dios al mundo (Juan 3:16) que ha dado a Su Hijo Jesucristo. El pagó por nuestro crimen en la Cruz. Pagó la multa que la ley pide por la rebeldía, fue nuestro Sustituto (Romanos 3:25).
Queremos que los pecadores puedan hallar la gracia y entonces que estén en el amor de Dios que tenemos sólo a través de Cristo Jesús (Romanos 8:39). Por ello, debemos predicarles la Ley de Dios para que entonces clamen como lo hizo David:
1 Ten piedad de mí, oh Dios, conforme a tu misericordia; Conforme a la multitud de tus piedades borra mis rebeliones.
2 Lávame más y más de mi maldad, Y límpiame de mi pecado.
3 Porque yo reconozco mis rebeliones, Y mi pecado está siempre delante de mí.
4 Contra ti, contra ti solo he pecado,Y he hecho lo malo delante de tus ojos; Salmos 51:1-4
Todo hombre debe someterse al Señor Jesucristo en arrepentimiento y fe, y se nos ha mandado predicarlo así (Hechos 20.21).
No hay manera más amorosa de preocuparse por alguien que predicándole el evangelio bíblicamente. Entendiendo esto, sabemos que la frase “Dios aborrece al pecado, pero ama al pecador” no es cierta. ¡Dejemos los métodos y las ideas de los hombres! Fundamenta todo lo que crees en un estudio serio de la Palabra de Dios, y ¡sal a buscar un pecador para testificarle!
En cierta manera, podría decir que Dios “ama” al mundo, pero no es el amor de un padre por su hijo, sino un querer ser benigno con el mundo ya que sabe que su castigo es terrible. Dios se preocupa por el mundo y quiere salvar a todos, pero no quiere decir que el mundo esté en el amor de Dios, sino que está bajo su Ira (Salmos 7.11) y Dios los aborrece (Salmos 5:5). Repito, el amor de Dios sólo lo tenemos en Cristo (Rom 8:39).

Paul Washer

martes, 6 de diciembre de 2011

El Evangelio


I. SU DEFINICIÓN

La palabra Salvación simplemente significa liberación. En cada caso, tres cosas son dadas por entendidas:

1)      La persona a ser salvada estaba en peligro de muerte.
2)      Alguien vio su peligro y fue a su rescate.
3)      El rescatador tuvo éxito en su misión y salvó la persona de su peligrosa situación. Las palabras: "salvar," "salvado," "Salvador," y “salvación” aparecen muchas veces en la Biblia y tienen exactamente el mismo significado en un sentido espiritual. 


II. SU NECESIDAD

La Salvación ofrecida por Dios es necesaria por dos hechos, los cuales cada persona debe enfrentar:

A- El hecho del pecado del hombre.

(Rom 3:23 23)  “por cuantos todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios”.
 El ser humano llega a este mundo con una naturaleza pecaminosa que le constituye un pecador por nacimiento. Esta naturaleza pecaminosa, al tiempo, es evidenciada por pensamientos pecaminosos, palabras, hechos y una actitud de enemistad hacia Dios.

(Rom 5:12)  “Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuantos todos pecaron”.

(Gen 6:5 5)  “Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal”.

(Rom 3:23)  “por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios”


Es evidente a todos en estas Escrituras que el hombre es:

1)   Un pecador, necesitado de perdón.
2)   Un perdido, necesitando ser hallado.
3)   Un culpable, necesitando el perdón que sólo Dios puede darle.
5)   Un muerto espiritual, necesitando vida que sólo Dios puede impartir. 
6)   Un ciego, necesitando iluminación que sólo puede provenir de la Palabra de Dios.
7)  Un esclavo, necesitando liberación de Satanás y del pecado que sólo Dios puede lograr.

 El hombre está por lo tanto completamente imposibilitado de salvarse a sí mismo.


 B- El hecho de la justicia de Dios. 
Dios es santo y debe juzgar el pecado. Él "de ningún modo tendrá por inocente al malvado".

(Ex. 34:6-7)  “Y pasando Jehová por delante de él, proclamó: ¡Jehová! ¡Jehová! fuerte, misericordioso y piadoso; tardo para la ira, y grande en misericordia y verdad; que guarda misericordia a millares, que perdona la iniquidad, la rebelión y el pecado, y que de ningún modo tendrá por inocente al malvado; que visita la iniquidad de los padres sobre los hijos y sobre los hijos de los hijos, hasta la tercera y cuarta generación”.

Él ha revelado Su odio al pecado y Su sentencia contra todo aquel que muere en sus pecados: el destierro eterno de Su presencia.


III. SU PROVISIÓN
El Evangelio es la buena noticia de que Dios en su infinita gracia ha provisto abundantemente su salvación a través de la persona y obra de su amado Hijo.
Dos cosas son claramente enseñadas:

A- Cristo vino para ser el Salvador de los pecadores.

(Luc 19:10)  “Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido”.
El Hijo de Dios, igual y eterno con el Padre y el Espíritu Santo, llegó a encarnarse a fin de proveer salvación. Juan 3:16-17; Marcos 10:45; Mateo 9:12-13; Juan 10:11; 15-18.

B- A través de la muerte y resurrección de Cristo, esta salvación ha sido provista, a satisfacción completa de Dios.

Así como Cristo voluntariamente colgó de la cruz, Él asumió la completa carga de nuestras culpas y pecados, cargó nuestros pecados en su propio cuerpo, y murió como sacrificio sustituto en lugar de todos los pecadores. Todo el juicio de Dios contra el pecado cayó sobre Él, y todas las demandas de la justicia de Dios contra el pecador fueron plenamente satisfechas por la muerte de Cristo en nuestro lugar. Dios indicó Su completa aceptación de este sacrificio de Cristo resucitándolo de los muertos y sentándolo a su diestra.

(ICorintios 15:1-4)  “1 Además os declaro, hermanos, la Buena Noticia que os he predicado, el cual también recibisteis, en el cual también perseveráis; por el cual asimismo, si retenéis la palabra que os he predicado, sois salvos, si no creísteis en vano.  Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí: Que el Ungido murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras;” 

(II Corintios 5:21)  Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.” 

(IPedro 2:24)  quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros,  estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados.” 

(Isaías 53:5)  5 Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.” 

(Hechos 4:10-12)   sea notorio a todos vosotros, y a todo el pueblo de Israel, que en el nombre de Jesús, el Ungido, de Nazaret, a quien vosotros crucificasteis y a quien Dios resucitó de los muertos, por él este hombre está en vuestra presencia sano. Este Jesús es la piedra reprobada por vosotros los edificadores, la cual ha venido a ser cabeza del ángulo. Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.” 



IV. SU CONDICIÓN
Puesto que Cristo ha cumplido, por el sacrificio de sí mismo, toda la obra requerida para la salvación del pecador, ¿qué debe hacer el pecador a fin de experimentar esta salvación?

A. Debe arrepentirse.

Arrepentimiento consiste simplemente en un cambio de mente, que resulta en un cambio de actitud hacia el pecado, el ego, el Salvador y la salvación, que se evidencia por un cambio de acción.
(Luc 13:3)   “Os digo: No; antes si no os arrepentís, todos pereceréis igualmente”
(Hch.  20:21)  “testificando a judíos y a gentiles acerca del arrepentimiento para con Dios, y de la fe en nuestro Señor Jesucristo”.
La convicción de pecado dará lugar a un fuerte deseo por la salvación; el orgullo pasará a la humildad; la auto-satisfacción se convertirá en una franca confesión de incapacidad, desesperanza y reconocimiento de una condición merecedora del infierno.

B. Debe creer el Evangelio, el testimonio de Dios concerniente a la Persona y obra de Cristo.

(1 JUAN 5:9-10)  “Si recibimos el testimonio de los hombres, mayor es el testimonio de Dios; porque este es el testimonio con que Dios ha testificado acerca de su Hijo. El que cree en el Hijo de Dios, tiene el testimonio en sí mismo; el que no cree a Dios, le ha hecho mentiroso, porque no ha creído en el testimonio que Dios ha dado acerca de su Hijo”.  
Como perdido y culpable pecador debe creer que Cristo murió por él, individualmente; que Cristo cargó sus pecados, tomó su lugar y, por Su muerte, cumplimentó toda la obra necesaria para su salvación.
(Rom. 4:5 5) “más al que no obra, sino cree en aquel que justifica al impío, su fe le es contada por justicia”.


C- Debe aceptar al Señor Jesucristo, por un acto definitivo de su voluntad, como su Salvador personal, y de ahí en adelante como supremo Señor de su vida.

(JUAN 1:12)  “Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios;”
 (JUAN 3:16)   “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna”.
(JUAN 5:24)  “De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida.” 

El Evangelio Verdadero.





Es una realidad desvastadora el hecho de que exista tanta confusión hoy día con respecto al evangelio, aún en las iglesias que se denominan evangélicas, que bien vale la pena hacer un esfuerzo y detenernos a considerar en qué consiste realmente el mensaje del evangelio.


Hace algunos años alguien provocó un daño enorme al adulterar con cianuro algunas cápsulas de un calmante. Pero el peligro de abrazar un evangelio adulterado es infinitamente mayor, porque lo que está juego aquí es la gloria de Cristo y el destino eterno de nuestras almas.


No son pocos los púlpitos que han sustituido el mensaje del evangelio por una especie de religión de auto ayuda que tiene más de terapia sicológica que de cristianismo.  El evangelio humilla la soberbia humana.


Pero como bien señala Tim Keller, el evangelio no es el ABC del cristianismo, sino su A hasta la Z. No podremos crecer y madurar en nuestras vidas cristianas a menos que tengamos un claro entendimiento del evangelio y nos apropiemos de él cada día por medio de la fe.


En la cruz del calvario todos nuestros pecados le fueron imputados a Cristo, de manera que Él pagó por ellos como si Él mismo los hubiera cometida; y al mismo tiempo la justicia perfecta de Cristo nos fue imputada o puesta en nuestra cuenta.


Nosotros pecamos, y Él es castigado; Él vive una vida perfecta de justicia, y nosotros somos tratados por Dios como si fuéramos justos. Por eso alguien decía que Cristo no sólo murió por nosotros, sino que también vivió por nosotros. Él vivió la vida que nosotros no podíamos vivir, y luego murió en la cruz del calvario la muerte que nosotros merecíamos morir.


Nadie será salvo a no ser en el contexto de una comprensión de aquellas verdades esenciales contenidas en la Escritura acerca de quién es Cristo y acerca de la naturaleza de Su obra. Y nadie, absolutamente nadie, llegará a la comprensión de esas verdades a no ser que se exponga de una forma u otra a una exposición clara y comprensible de esas verdades.


Noten el resumen que Pablo mismo nos da de su predicación en 1Cor. 15:1-4. He ahí el mensaje del evangelio que Pablo predicaba: Cristo murió, ¿por qué murió? Porque era la única forma posible de salvar a los pecadores.



El pecador debe conocer los hechos históricos acerca de Cristo, que no se trata de una fábula hermosa, sino de hechos reales que ocurrieron en un espacio de tiempo específico, en un lugar específico.


Debe conocer la naturaleza sustitutiva de lo que Él hizo, que no murió en una cruz por causa de sus pecados, porque no cometió ninguno, sino por causa de los pecados cometidos por aquellos a quienes El vino a salvar.


Que la ira de Dios fue derramada sobre Él a pesar de que Él era santo, porque en ese momento estaba siendo hecho pecado por causa nuestra. Que el castigo de nuestra paz fue sobre Él, y que por su llaga fuimos nosotros curados.


El pecador debe saber que Su obra de salvación fue perfecta, que Dios el Padre aceptó el pago que Dios el Hijo efectuó en la cruz del Calvario; que cuando Cristo clamó en la cruz “Consumado es”, estaba declarando con ello que la deuda había sido saldada, y que de ahí en adelante todo aquel que creyese en Él y en Su obra redentora sería librado por siempre de toda condenación.


Que a esa obra de salvación no podemos añadir nada, ninguna obra de parte nuestra, ningún ritual, absolutamente nada (Hch. 4:12).


He allí el corazón del evangelio: la proclamación del glorioso mensaje cuyo centro es Dios el Hijo encarnado muriendo por los pecadores, y salvándolos únicamente por gracia por medio de la fe.


A continuación,  he seleccionado una serie de 13 sermones,  la mayoría de ellos predicados éste año por el pastor Sugel Michelén y que contienen un precioso y completo material de lo que podríamos considerar el más profundo e importante mensaje que tiene la Palabra de Dios.  Recomiendo ampliamente poderlos escuchar todos en el mismo orden en que están colocados.



1 ¿Qué es el evangelio?  (Michelén-IBSJ).
http://www2.ibsj.org/preview.php?id_sermon=1257


2 El Evangelio de la Justificación.  (Michelén-E.Peregrino)
http://www.ibrpg.org/predicaciones/leer/1/295/Peregrino-Conferencias-2011


3 El Poder Transformador del Evangelio.  (Michelén-E.Peregrino)
http://www.ibrpg.org/predicaciones/leer/1/296/Peregrino-Conferencias-2011


4 La Gloria del Evangelio I.  (Michelén-IBSJ)
http://www2.ibsj.org/preview.php?id_sermon=826


5 La Gloria del Evangelio II.  (Michelén-IBSJ)
http://www2.ibsj.org/preview.php?id_sermon=827


6 Una Vida Cristocéntrica.  (Michelén-Madrid)
http://www.ibrpg.org/predicaciones/leer/1/298/Recobremos-evangelio


7 El Nuevo Nacimiento.  (Otto Sánchez-IBSJ).
http://www2.ibsj.org/preview.php?id_sermon=1260


8 La Conversión.  (Michelén-IBSJ)
http://www2.ibsj.org/preview.php?id_sermon=1259


9 Un Matrimonio Centrado en el Evangelio.  (Michelén-IBSJ)
http://www2.ibsj.org/preview.php?id_sermon=1101


10 Una Paternidad Centrada en el Evangelio.  (Michelén-IBSJ)
http://www2.ibsj.org/preview.php?id_sermon=1140


11 Una Iglesia que predica el Evangelio.  (Michelén-Barcelona)
http://www.sermonaudio.com/sermoninfo.asp?SID=42811175894


12 Evangelismo.  (Salvador Gómez-IBSJ).
http://www2.ibsj.org/preview.php?id_sermon=1258


13 El Enemigo del Evangelio:  El Legalismo.   (Michelén-Madrid)
http://www.ibrpg.org/predicaciones/leer/1/297/Recobremos-evangelio

 (Textos tomados de los mensajes de la IBSJ).